Estos son los increíbles 12 patios del Palacio de Viana de Córdoba
En pleno barrio de Santa Marina, nos encontramos uno de los lugares con mayor encanto de la ciudad. Sus austeros muros blancos esconden una joya perfectamente conservada. Hablamos del Palacio de Viana de Córdoba, una de las casas palaciegas más importantes y mejor conservadas de toda España. Desde 1981 es declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumentos, siendo uno de los sitios más visitados.
Recorrer sus salones y habitaciones es descubrir cinco siglos de la historia de Córdoba desde su construcción en el siglo XV. Época en la que numerosas casas y palacios de la ciudad prosperaron tras la llegada de Colón al continente americano.
Historia del Palacio de Viana
A pesar de que este palacio recibe el nombre de sus últimos dueños, los marqueses de Viana, previamente fue propiedad de la familia Villaseca. Sin embargo, el IX marqués de Villaseca al morir sin descendencia, nombró como heredera a su mujer, quien abrió las puertas a los Viana, dando un giro a la historia de esta casa.
El marquesado de Viana marcará un antes y un después en la historia. Fue el segundo marqués de Viana quien empezó a madurar la idea de crear un espacio expositivo dentro del palacio sin que ello interrumpiera la vida familiar. Los terceros marqueses de Viana son los responsables de la imagen actual del palacio, sobre todo de los patios de servicio a los que la marquesa, Sofía Amelia de Lancarter y Bleck, otorgó un aspecto más señorial mediante el uso de objetos arqueológicos y decorativos. Numerosas obras de arte y mobiliario fueron trasladadas al palacio durante estos siglos, convirtiéndolo en un auténtico museo de reliquias históricas.
No es hasta 1980 que la III marquesa de Viana llega a un acuerdo con la Caja Provincial de Córdoba (actual Cajasur), la cual acaba adquiriendo el palacio con sus obras. Gracias a esta operación. El Palacio de Viana abrió sus puertas en 1981 por primera vez. Desde esa fecha, esta casa señorial no ha parado de crecer ampliando sus estancias y mejorando la musealización para que podamos disfrutar de este preciado tesoro cordobés.
Uno de sus mayores atractivos, junto a las obras de arte y las estancias, son los patios. Algunos de los patios de Córdoba más bonitos se esconden tras sus muros, por lo que, te recomendamos encarecidamente que no pierdas la oportunidad de conocerlos si te hospedas en Córdoba durante unos días.
Los 12 patios del Palacio de Viana
Los 12 Patios de Viana se encuentran conectados entre sí por galerías internas. Cada uno de ellos están decorados con distintas flores y plantas que en primavera ofrecen su mejor cara. Las fuentes y el uso del agua también adquieren un importante protagonismo en estos patios.
Patio de Recibo
El Patio de recibo del Palacio de Viana no se convirtió en entrada hasta el siglo XVI, cuando el arquitecto Juan de Ochoa realizó la portada del palacio. Se cambiaba así la entrada anterior desde el Patio de los Naranjos. Este patio cuenta con 16 columnas de estilo toscano y su enchinado es cordobés del año 1926. Está adosado a las caballerizas.
Patio de los Gatos
El Patio de los Gatos se constituyó como el primer patio cordobés del que se tienen registros en la ciudad. En el Siglo XVIII comenzaron a formar parte del recinto y se utilizaban para trabajos de administración. Más tarde, estas casas se usaron como patio de cocinas.
Patio de los Naranjos
El Patio de los Naranjos era la entrada original al palacio durante el Siglo XV. Se le llama así debido a la presencia de naranjos en su interior, junto con una alberca. Originalmente, el suelo era de albero, pero desde 1980 está enchinado.
Patio de las Rejas
En 1624, Bartolomé de los Reyes llevó a cabo unas rejas desde las cuales se puede ver el patio desde el exterior del palacio. Siempre ha sido un patio especialmente cuidado por los dueños debido a su visibilidad desde fuera.
Patio de la Madama
El Patio de la Madama fue construido en el Siglo XVIII por orden de la VI Marquesa de Villaseca. En el centro del patio hay una estatua de una náyade en una fuente rodeada de cipreses. La estatua pertenece al estilo neoclásico.
Patio de la Alberca
El Patio de la Alberca se añadió al jardín en 1814, cuando era propiedad de los marqueses de Torres Cabrera. En 1960 se construyó un invernadero, por lo que la alberca se trasladó 20 años después al patio del pozo.
Patio del Pozo
Al igual que el patio de la alberca, se incorporó al Palacio de Viana en 1814. También conocido como el patio de la noria, solía albergar una noria en el pasado. El pozo se utilizaba para extraer agua del arroyo Colodro y abastecer las necesidades del lugar.
Patio de los Jardineros
Añadido en el Siglo XIX como espacio de trabajo y almacén de herramientas para los jardineros. El II marqués de Viana trajo muchos restos arqueológicos que decoran el patio. También cuenta con un azulejo conmemorativo de la inauguración de la almazara de La Laguna de Baeza, que se colocó en presencia del Rey Alfonso XIII.
Patio de la Capilla
El Patio de la capilla fue anexionado al palacio en el siglo XIX, era el patio principal usado por los Torres Cabrera. En este patio se encuentra una capilla privada con varias pinturas. Tiene menos plantas y flores en comparación con los demás patios debido a su ubicación más fría.
Patio del Archivo
Es el patio más interior del complejo y debe su nombre al archivo palaciego ubicado en la entreplanta. Este archivo alberga más de 300.000 documentos de los siglos XII al XX.
Patio de la Cancela
El Patio de la Cancela era la entrada de los marqueses de Torres Cabrera y ha sido utilizado por carruajes de todo tipo a lo largo de los años. En el Siglo XX se añadieron varios objetos arqueológicos como decoración.
Patio de las Columnas
El Patio de las Columnas es el patio más moderno del palacio, construido en los años 80 cuando se abrió al público. Es el patio más grande de todo el palacio y se emplean para diversos eventos culturales como exposiciones, conciertos y teatros.
El Jardín
Aunque no se considera un patio propiamente dicho, el Jardín del Palacio de Viana es la zona al aire libre más grande de la propiedad. Fue adquirido en 1814 por el VII Marqués de Villaseca, lo que duplicó el tamaño del palacio y añadió más colorido y naturaleza.
